Por su interés, traducimos este artículo del periódico “The New York Times”, de fecha 27-10-2010. Durante dos días figuró entre los diez más leídos de dicho diario.
Por Suzanne Daley.
MADRID. Manolo Marbán, cincuenta y nueva años, todavía vive en su casa de Toledo y trabaja en la pequeña tienda de mascotas que compró en 2006, cuando fue alcanzado por el vertiginoso boom inmobiliario en España.
Pero el Sr. Marbán ya no es dueño de su casa. El banco ejecutó la hipoteca de ambas propiedades el pasado mes de abril y está esperando noticias de los tribunales en cuanto al desahucio. Para muchos americanos que se enfrentan a ejecuciones esto pudiera ser el final de todo. Pero para el Sr. Marbán y para otros miles aquí (en España), esto es solo el principio de sus problemas. Cuando el mazo caiga sobre su caso, todavía deberá al banco más de 140.000 $. “Estaré trabajando para el banco el resto de mi vida”, dijo el Sr. Marbán recientemente, con lágrimas en los ojos. “Nunca poseeré nada, ni siquiera un coche”.
El sector inmobiliario y los excesos de los bancos en España se parecen mucho a los de los Estados Unidos. Hubo un boom de la construcción, los precios subieron de forma asombrosa y los bancos repartieron créditos tan rápido, incluso a clientes como el Sr. Marbán, que usó los el capital de su casa para la casa para financiar la hipoteca de su tienda. Pero esos días se acabaron. España tiene ahora la mayor tasa de desempleo de la eurozona (veinte por ciento) y los precios de la vivienda han caído. Para muchos españoles, incapaces de pagar sus hipotecas, las expectativas que se hicieron hace años les han atrapado.
Los españoles hipotecados no están solo sujetos personalmente a responsabilidad por el total del crédito, sino también a intereses de demora y a decenas de miles de dólares en costas procesales y ya gente puede acabar, como el Sr. Marbán, afrontando un enorme débito.
“Efectivamente, nunca te puedes desembarazar de la deuda”, dijo Ada Colau, una abogada de derechos humanos que trabaja para “Plataforma”, un nuevo grupo de abogados formado tanto para dar consejo legal a los propietarios, como para impulsar la reforma de las legislación sobre ejecución hipotecaria en el país. “Otros países en la Unión Europea también tienen créditos hipotecarios personales, pero puedes ir a los tribunales y encontrar alivio. No así en España”.
Algunos partidos de la oposición en el parlamento han presionado para introducir enmiendas en las leyes, incluyendo permitir a los hipotecados saldar sus deudas con el banco entregando la propiedad. Pero el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha opuesto a este cambio en las prácticas de crédito. Portavoces del Gobierno dicen que el sistema español de garantías personales salvó a sus bancos del torbellino que se vio en los Estados Unidos.
“Es verdad que estamos viviendo la resaca de una gran borrachera inmobiliaria”, dijo Marcos Vaquer quien fue el antiguo Secretario del Ministerio de Vivienda hasta la reestructuración de Gobierno de la pasada semana. “Y es verdad que muchos españoles tienen una deuda excesiva. Pero no hemos visto los problemas de los Estados Unidos a causa de que las garantías aquí son mucho mejores”.
Los inmigrantes que llegaron a este país durante el boom y fueron los primeros en perder su trabajo, como Jaime Abelardo, son con mucho los más afectados. El Sr. Abelardo llegó a Barcelona desde Ecuador en 1999 con la promesa de un trabajo en un almacén. Unos años más tarde pudo permitirse traer a su familia y comprar un pequeño apartamento. O eso pensaba. Pero en estos dos últimos años fue despedido. Se culpa a sí mismo por no haber sido más cuidadoso. Aún así no puede reponerse de las comunicaciones que ha recibido del banco.
Dicen que debe cerca de 260.000 Euros lo que incluye unos 77.000 € para cubrir las costas, incluyendo las del banco, dice su abogado. Compró el apartamento por menos de eso (unos 220.000 €), piensa, aunque muchos aspectos del contrato no le quedaron claros. Su mujer le ha abandonado. Sus subsidios de desempleo están a punto de concluir. Le gustaría volver a Ecuador con sus cuatro niños pero no tiene suficiente dinero. “Estoy pensando en pegarme un tiro”, dice.
Aproximadamente un millón cuatrocientos mil españoles se enfrentan a potenciales procedimientos de ejecución de acuerdo con la Asociación de Consumidores de Banca (Adicae). Datos recientes dicen que la estadística crece. En 2007 hubo 26.000 ejecuciones. El último año hubo más de 93.000. Indicaciones estiman que serán mayores en 2010.
Un reciente informe de Standard&Poor dice que un ocho por ciento de las propiedades españolas vale ahora menos que el valor de su hipoteca y, con los precios aún bajando, los expertos creen que podría alcanzarse el veinte por ciento.
Dicen los abogados que los procedimientos de ejecución en España se inclinan mucho a favor de los bancos, garantizando que los ejecutados acabarán debiendo grandes cantidades después de que hayan perdido sus casas.
Los bancos tienen derecho a quedarse la casa en subasta. Si no aparece comprador, como normalmente ocurre actualmente, el banco puede tomar la propiedad de la casa por un cincuenta por ciento de su valor, de acuerdo a la estimación del momento de la compra, o del momento actual, según especifique la hipoteca. Después los bancos tienen quince años para perseguir al propietario.
Si los bancos inician procedimientos en cualquier momento, el reloj se pone en marcha otra vez, dicen los expertos. Mientras tanto, el banco puede cargar el interés de tal deuda.
Montse Andrés Sabaté, una abogada de Ausbanc, dice que los bancos normalmente cargan un cinco o seis por ciento, pero a veces mucho más. “Hemos visto el dieciocho o el diecinueve por ciento”, dijo la Sra. Andrés.
Y después está el tema de los avalistas. Los banqueros presionaron a muchos propietarios a encontrar avalistas cuando firmaron las hipotecas o cuando empezaron a tener problemas con los cobros. Mario González, un camionero, pidió a su hija de veintitrés años que le avalase cuando dispuso del capital que le dieron por su piso de Barcelona para comprar un camión hace tres años. En ese momento ella ni siquiera tenía trabajo, y el padre pensó que sólo era una formalidad absurda. Ahora la hija se enfrenta a una deuda de por vida.
“No puede heredar nada de su madre porque el banco puede cogerlo”. Dice el Sr. González. “Nadie puede explicar esto”.
Al principio de la crisis, dicen los expertos, los bancos fueron indulgentes con los emigrantes que no tenían ingresos fijos, y aceptaron la propiedad como pago de su deuda. Pero algunos abogados dicen que son más duros ahora. Por ley, los bancos tienen derecho a tomar un porcentaje de los ingresos del deudor, unos 835 € al mes.
Santos González Sánchez, el Presidente de la Asociación Española Hipotecaria, dice que es deber del banco recaudar. “Esto ayuda a explicar por qué nuestras entidades financieras no están en bancarrota”, refirió.
La responsabilidad personal en las hipotecas es común en Europa. Pero abogados españoles dicen que algunos aspectos de los procedimientos en España (la rapidez del procedimiento, los tipos de interés que pueden cargar) son particularmente severos. Este mes, hasta el partido del Sr. Zapatero se unió a una votación en una moción parlamentaria para rebajar los procedimientos ejecutivos.
El Sr. Marbán supo que tenía problemas a los pocos meses de comprar la tienda de mascotas a medida que su negocio fue disminuyendo. Para resguardarse del banco le ofreció todo lo que pudo arañar. Hasta vendió su coche para hacer un pago. Llegó a vender hasta la pulsera de su esposa.
Pero no bastó. Nunca pudo satisfacer lo que debía.
“Es divertido, cuando al final perdí la casa, empecé a dormir”, dijo. “A veces lloro, pero al menos ahora duermo”.
Rachel Chaundler contribuyó al reportaje.